En los enfermos de Alzheimer la memoria es el área que consideramos siempre más afectada, pero también el lenguaje puede verse alterado: la fluidez verbal, olvidar palabras y no conseguir recordarlas, o querer nombrar un objeto y no poder…
Estas situaciones hacen que comunicarnos con un enfermo de Alzheimer sea cada vez más difícil. Es importante que establezcamos con él una relación de empatía y complicidad. Debemos conocer siempre cuáles son las capacidades que tiene nuestro paciente, qué comprende y qué no comprende, para que nos expresemos correctamente. A veces tenemos que utilizar frases cortas, hacer preguntas abiertas, o hablar despacio.
En enfermos avanzados los movimientos y gestos pueden transmitir lo que no se puede expresar verbalmente.
Y otra cosa importante: no debemos nunca olvidar que hablamos con un adulto.
Pequeños trucos, como mirar siempre de frente, o utilizar gestos y tacto, elaborando una comunicación afectiva, nos ayudarán a llevar una relación diaria tranquila y sin situaciones de frustración.
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